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Moños para novia por Saray Sojo

Hay algo eternamente chic en un buen moño bajo. Es ese tipo de peinado que no necesita gritar para ser memorable, que susurra elegancia y que encaja en cualquier escenario: desde una finca hasta un palacio urbano. En los últimos años, los recogidos bajos han ido ganando fuerza, pero lo que estamos viendo ahora es una auténtica revolución: el moño bajo se ha convertido en el nuevo protagonista indiscutible de las novias con estilo.

El auge del recogido bajo: un peinado con alma

¿Pero por qué ahora los moños bajos están en todas partes? Quizá sea porque, después de años de melenas sueltas, ondas al agua y trenzas boho, las novias buscan ahora un peinado que tenga presencia, que enmarque bien el rostro y que combine con tocados, velos o pendientes joya. El moño bajo cumple todos estos requisitos sin esfuerzo.

Además, tiene una ventaja poderosa: es camaleónico. Puede ser pulido o más relajado, con volumen o minimalista, con trenzas integradas o en versión bailarina.

Moños con trenzas: romanticismo sin cursilería

Uno de los estilos que Saray trabaja con maestría es el moño bajo con trenza incorporada. Este tipo de recogido tiene un aire romántico, pero siempre con un punto contemporáneo. No es la típica trenza de cuento de hadas, sino una estructura que aporta textura, movimiento y sofisticación.

En uno de sus trabajos más recientes, Saray creó un recogido con una trenza que se entrelaza sutilmente con el moño, casi como si el cabello se tejiera solo en una danza fluida. El resultado es orgánico y elegante, ideal para novias que quieren algo especial, pero sin renunciar a la sobriedad. Este tipo de peinado funciona a la perfección con vestidos de líneas limpias o con escote en la espalda, ya que realza la nuca y equilibra la silueta.

Moños sencillos: menos es más (y mejor ejecutado)

Pero si hay algo que demuestra la destreza de una buena peluquera es su capacidad para hacer sencillez con alma. Los moños bajos más pulidos y simples, sin adornos ni estructuras complejas, se han convertido en una auténtica declaración de estilo. Lejos de ser básicos, estos peinados revelan una técnica perfecta: no hay ni un pelo fuera de lugar, pero tampoco están tan rígidos que pierdan naturalidad.

Saray Sojo domina esta línea con una elegancia casi invisible. Cada uno de sus moños minimalistas está estratégicamente colocado, con la textura justa, sin sobresaturar el look. Son moños que respiran, que dejan protagonismo al rostro y al vestido, pero que aportan una estructura que estiliza y define. Si la novia lleva un tocado joya o un velo largo, este tipo de recogido se convierte en el mejor lienzo para lucirlo.

 

Detalles que marcan la diferencia

Otra característica del trabajo de Saray es su gusto por los detalles sutiles. En varios de sus peinados hemos visto pequeñas aplicaciones de perlas, horquillas doradas o diademas con piedras naturales que elevan el look sin restarle delicadeza. Nada se siente impostado ni excesivo: cada elemento parece formar parte del peinado de forma orgánica.

 

 

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