La historia de amor de mis tatarabuelos
Hoy publicamos una sesión de fotos muy especial, inspirada en una historia familiar que me ha fascinado desde pequeña. Mi madre siempre nos enseñaba fotos familiares y nos contaba las mismas anécdotas que su madre le contaba ella. Y a mi igual que a ella me gusta contar historias con cada una de las sesiones de fotos que preparamos. Así que no se nos ocurrió mejor idea que cada una de las mesas de la sesión de fotos representa una parte clave de la historia.
Ahora te contamos brevemente las claves de la deco de cada una de las mesas ( hiper necesario para fichar ideas para las mesas de tu boda) pero no dejes de leer el resto del post para descubrir el final tan bonito.
Contamos con unos proveedores de excepción:
Los manteles , las sillas y parte del atrezzo ( los portavelas, los candelabros, las figuras de la mesa Cuba y la bola de metal ) son de Durbanity ( una empresa que tenéis que agendar porque alquilan manteles, sillas y atrezzo para eventos, tienen mil opciones, te volverás loca), las vajillas y cristalería son de Pinson ( una tienda que esconde mil tesoros, con una estética que os va a cautivar, son las reinas de las mezclas que funcionan). Mi querida Cayetana Soroa se encargó de la papelería, centros de flores y deco. Marta Zaballa , se encargó también de la decoración y producción junto con mi amiga Rocío que me ha dicho que me va a regalar una «caja para rodajes con todo lo que una se pueda imaginar». Y por último mi inestimable Maorlan que con su objetivo y su amor por la fotografía tenemos imágenes así de espectaculares.
«El naufragio»
Para representar el comienzo de la historia se nos ocurrió diseñar una mesa poco convencional y utilizamos un bote ( en lenguaje marinero, pero casi todas nos habláis de la foto de la barca).Queríamos huir de la típica combinación azul marino y blanca y por eso elegimos un mantel de lino fucsia .
La mezcla de vajillas y piezas de distintos tonos y formas ( peces, conchas, erizos de mar…) que iban desde el verde agua, pasando por los turquesas, azulones y grises le daban un toque fresco a esta mesa tan «cool». El mar debía estar presente, por eso, la mesa estaba decorada con redes, botellas, palos de madera, estrellas. La cartelería seguía la misma línea con corales y algas.
«La llegada a Nueva Orleans»
Tendréis que leer un poco más, para saber porque esta mesa se llama Nueva Orleans. Pero os adelantaremos que esta mezcla ha querido representar el ambiente bohemio y artístico de esta ciudad americana. Una mesa que trata de dar opciones diferentes a la deco rustica o campestre que ha sido protagonista de muchas bodas.
La mesa es totalmente ecléctica y kitsch al mismo tiempo. Utilizamos verduras y flores para los centros de mesas, vajillas con piezas con formas de flores y hojas y un mantel con mucho rollo que parece pintado a mano. La cartelería también inspirada en las verduras, le aportaba ese punto informal que muchas novias buscan.
«La fiesta de disfraces en la Habana»
Esta mesa para nosotras fue un reto, porque quisimos que tuviera un punto romántico, exótico y alegre al mismo tiempo.
Los centros de mesa, nos parecieron un puntazo, en vez de flores optamos por frutas, lo combinamos con un mantel super delicado turquesa con flores en rosas y verdes ácidos . La mezcla de vajillas también fue muy especial,
Nos dejamos de enrollar con la deco y pasamos a la acción:
¿ Quieres conocer la historia completa?
Comenzamos
Corría el año 18 50 cuando Francisco, un joven capitán de barco, zarpó de un puerto de mar de la costa vizcaína destino Canadá.
La travesía fue muy complicada, las tormentas fueron terribles y el barco naufragó cerca de la Costa de Nueva Orleans.
Tras una larga noche de angustia y miedo, Francisco y el resto de la tripulación fueron rescatados por un navío de Nueva Orleans.
Francisco envió a su mujer un «cable» (telegrama) en el que le contaba que su barco había naufragado y que había conseguido llegar sano y salvo a la costa de Luisiana.
María Luisa, no lo dudó ni un segundo, vendió su casa , hizo las maletas y compró un billete destino Nueva Orleans. Su hija Juana que era una niña fue su mejor compañía durante la larga travesía.
La llegada a Nueva Orleans
María Luisa y Juana llegaron derrotadas al Estado de Luisiana. Cuando atracaron en el puerto de Nueva Orleans tenían una mezcla de sensaciones difícil de explicar.
Tenían miedo, sueño, alegría y nervios .
Pero, al bajarse del barco dieron con un marinero que conocía al capitán vasco que había naufragado y pronto la familia pudo reunirse.
Pasaron un año en Nueva Orleans y tuvieron a su segunda hija Rita.
A los días de nacer la benjamina de la familia, María Luisa recibe la triste noticia del fallecimiento de su hermano en Cuba.
Rumbo a Cuba
Así que Francisco , Maria Luisa y sus dos hijas viajaron a Cuba para despedirse de José.
José le dejó a su hermana como única heredera y la familia comenzó su vida en el Caribe.
Vivieron años muy felices.
Cuando Rita cumplió la mayoría de edad , asistió a un baile de disfraces en la Habana:
Allí conoció al amor de su vida, Pancho, de origen vizcaíno a la sazón.
Se enamoraron perdidamente y decidieron volver a la tierra de sus antepasados para crear una familia.
¡ Y fueron muy felices y comieron..!
Dirección Creativa Las Bodas de Tatín
Fotografía Maorlan. Manteles y atrezzo Durbanity. Papelería, centros de mesa y decoración Cayetana Soroa. Vajillas y cristalería Pinson. Decoración y producción Marta Zaballa. Producción Rocío.