Plan para el finde: 30 vestidos 30 historias
¡Hola Tatines!
¡Por fin llega el fin de semana!
Os proponemos un plan muy chic para todas las que estéis en Madrid, podéis ir a visitar la exposición de vestidos de novia de la diseñadora Carmen Halffter: 30 vestidos 30 historias (anticuario Mercedes Urquijo-arte & antigüedades en la calle Bárbara de Braganza nº 4).
Lo bueno de estos «saraos» es que podeís ver de cerca el trabajo de una diseñadora y comprobar si encaja con vuestro estilo. Aunque nos han contado algunas novias de Carmen Halffter que ella y su equipo escuchan tus ideas y se adaptan a tus gustos (ficha aquí la boda de Cecilia y los detalles de decoración, estaba increíble con un vestido de Carmen Halffter).
No es una exposición de vestidos de novias al uso, sino que tiene un «rollo diferente». En ella se cuentan las historias de las novias y se exponen sus vestidos. Al lado de cada vestido hay un cartel con el nombre de la novia y con las ideas que contó a Carmen y a su equipo para que le diseñaran su vestido, también hay detalles útiles como el tipo de tela o materiales utilizados.
En este caso el cartel decía lo siguiente:
La novia escogió una linea retro de talle bajo, muy años veinte con unas mangas desmontables para poder disfrutar de su fiesta bailando cómodamente. Los adornos de cintura y hombros dan al vestido un toque vanguardista, atrevido y muy original.
Aunque lo realmente sorprendente fue la colaboración con escritoras de la talla de Carmen Posadas, Marta Barroso y Teresa Berganza. Cada una de ellas escribió un relato que sirvió de inspiración para que el equipo de Carmen Halfter creara unos vestidos de novia muy especiales.
Este es el boceto del vestido inspirado en el relato de Carmen Posadas
No vamos a desvelar todos los detalles de la exposición así que os dejamos solamente el relato de Marta Barroso, el boceto y el vestido hecho realidad:
CASI SALVAJE
Hace veintiún años que me casé. Puedo presumir de vivir un feliz “mártirmonio”, término que me enseñó mi adorado esposo. “A pesar de los pesares”, si vuelvo la vista atrás volvería a cometer exactamente el mismo acto de irresponsabilidad. Me volvería a casar con él. El hombre de mi vida. Lo que son las cosas. Eso sí, si tuviera la osadía de dejarme (¡que se le ocurra!) no volvería a vestirme de novia. Con una vez basta. Ese ritual lo volveré a vivir, si Dios quiere, junto a mi hija. Cuando llegue su hora. Sin ninguna prisa. Que el matrimonio es muy largo. Antes tiene que vivir intensamente, empaparse de vida, disfrutar y aprender. En libertad. Como es ella. Libre. Casi salvaje. Amante de la Naturaleza. Con mayúsculas. Y no excesivamente femenina. ¿Como su madre? Sí, en tantas cosas me recuerda a mí… Mejorada, por supuesto.
Sea como sea, su sueño, el que comparto, es casarse al aire libre, sin cánones establecidos, con un punto hippie, incluso, si es posible, descalza, sin “tacones”, como dicen ellas, las adolescentes, ese invento que estiliza y desestabiliza a la vez a todas las mujeres del mundo. ¿Qué tal en una isla bañada por el mar Mediterráneo? Marcada por esa luz que, al llegar el atardecer, dibuja el cielo con múltiples trazos de colores en los que se mezclan tantos tonos que no se sabe si manda el rojo, el amarillo, o alguna de las infinitas variantes del rosa. Mezclo la realidad con la ficción y me imagino algo parecido a la boda que marca el guión de esa maravillosa película, “Mamma Mia”, que tantas, tantísimas veces, he visto junto a mi hija. “Mamá, yo me quiero casar así”. Yo también hubiera querido. Ahora me conformo con hacer el papel de madre y la imagino con ese traje de vestir mío que tanto le gusta, largo, transparente hasta donde está permitido, sencillo, sexy,vaporoso, hippie. Muy hippie, como dice ella, que tantas veces se lo ha probado. Dejando al desnudo sus hombros tan marcados.
Qué envidia. Sí, que envidia. Tiene toda la vida por delante. Que sea feliz. Y que se case con el hombre adecuado. Que el matrimonio, aunque maravilloso, es largo, muy largo.
Por cierto, queremos darle las gracias a Paula, good shoots!!!!!