La novia estilo Balenciaga

Sofía e Iñigo se casaron  en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Neguri a las ocho de la tarde. Iñigo  le  pidió matrimonio en un viaje de fin de semana en La Herradura (Granada).«Pocos meses después, recibimos una oferta para irnos a vivir a Brasil por lo que decidimos hacer dos bodas, una civil tras recibir la noticia y la religiosa en la que reuniríamos a nuestros familiares y amigos más cercanos.Era uno de los días más largos del año, por lo que tuvimos un largo día de luz, y aunque la boda fuese tarde, a mi me dio tiempo a darme antes, un buen baño en la playa con el que se me quitaron todos los nervios, fue una maravilla.»

«El kimono que llevé para prepararme es de Balakata , también fue un regalo muy especial de mis amigas.»

 

El vestido lo hizo Carlota Hormaechea:

«Mis referencias eran claras aunque muy diversas. Por un lado, me apetecía algo estructurado como los cuellos de Balenciaga y vestidos de Emilia Wickstead y por otro lado me dejaba llevar por el estilo de Audrey Hepburn y también por los vestidos de fiesta de los años 30.El tejido quería que fuera en un crêpe de seda satinado y en eso nadie consiguió hacerme cambiar de opinión.Al final, entre Carlota, mi madre y yo hicimos una mezcla muy sencilla de todo y salió un vestido maravilloso»

«Me puse sin dudarlo en manos de Amaia Lauzirika  para el peinado y el maquillaje que para mí, es la mejor en Bilbao. Además, tenemos una relación especial ya que siempre he ido a su salón de belleza que tiene en Las Arenas y hemos trabajado juntas durante mi etapa de estilista de moda freelance. Me decanté por un moño bailarina y un maquillaje fresco y natural. 

El velo

«Le añadí una tiara que fue también obra de Carlota, tuvimos la idea de mezclar una pulsera y un broche de diamantes que eran de mi abuela. Fue el toque final para llevar el velo corto, que creo que le dio un punto extra al vestido.»

 

Joyas

Como joyas Sofía llevaba el anillo con el que Iñigo le pidió matrimonio, una pulsera de Joyería Ignacio Álvarez  regalo de los tios de la novia, y los pendientes de Javier Álvarez Joyeros, que le  regalaron sus suegros el día de la pedida.

Las fotos

«De inmortalizar el momento se encargaron Dos Más en la Mesa  que no dudé en elegirlos por la espontaneidad y naturalidad que trasmiten sus fotos.»

«Para los zapatos escogí el modelo Lucy 100 en blanco de Jimmy Choo  que tenía super fichados y que además me regalaron mis amigas. Por la noche me cambié los salones por el modelo Engie de Castañer que hizo en colaboración con Missoni, fue la mejor opción para no bajarme de las alturas con 10,5 cm hasta las 5am Mi hermana llevaba un vestido aguamarina de Alberta Ferretti. Mis cuñadas llevaron vestidos de AHT Ana Herreos de Tejada .»

El novio

Iñigo llevó un chaqué de corte clásico de Hackett  y un chaleco en color gris claro de Man.  El reloj Omega, de Suarez , regalo de sus suegros .  Los gemelos fueron regalo de la novia de la Joyería Ignacio Álvarez,:

«decidí grabar por un lado las fechas de las dos bodas y por el otro, sus iniciales»

La iglesia

«En mi casa he crecido rodeada de Operas y Ballets por influencia de mi abuelo por lo que no dudamos en contactar con el coro de la ABAO asociación que junto con otros 3 socios, él mismo fundó. Fue algo muy emotivo, y una forma de recordarle entre nosotros.»

Nosostros

 

Del ramo se encargó Marina Aguirre:

«tiene un gusto exquisito y su trato es inmejorable, desde su taller en Getxo elegimos las flores en tonos empolvados para la iglesia y con un poco más de color para la celebración. Para el ramo usamos Lisianthus y Fresias en blanco.»

Las invitadas

«La celebración tuvo lugar en la Real Sociedad de Golf de Neguri, un sito emblemático tanto para la familia de Iñigo como para la mía y fue todo un acierto.»

Las mesas

«Quisimos cortar la tarta como antiguamente, escogimos una tarta colineta con doble de yema y de 6 pisos de Zuricalday de Las Arenas, es la tarta que siempre ha habido en casa para las ocasiones importantes y mi favorita desde que era una niña. Brindamos este momento con el área de Libiamo ne’ lieti calici haciendo guiño, una vez más, a mi abuelo, en este caso, con la ópera La Traviata.»

 

«Como detalle pusimos un candi bar instrumentado por Arnaga Papelería , el toque de oro fueron los bollos de mantequilla y las carolinas, pasteles muy típicos de Bilbao, que dejaron a todos los invitados con la boca abierta. Y durante el baile pusimos un fotomatón de La Cabina Gris.»

 

El  primer  baile

«El vals lo abrimos mi padre y yo con El Danubio Azul de Johann Strauss, después pasé a bailar con Iñigo y seguido todos los invitados se animaron a seguirnos, fue un momento mágico.Tras el vals, nuestros amigos y primos se aliaron para darnos un baile sorpresa con la canción de Madre Tierra de Chayanne, que me encanta la letra y no nos pudo hacer más ilusión.»

 

Dos más en la mesa

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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