La novia de los zapatos azules

Hoy publicamos uno de esos Lunes Bridal con esa luz de cantábrico que nos enamora, creemos que la boda de Cristina y Daniel os va a gustar mucho. La novia nos cuenta que estuvieron 7 años de novios y gran parte del noviazgo fue a distancia, él trabajaba en México y ella estudió en Londres y San Francisco. Según Cristina, pese a lo que piensa mucha gente la distancia les hizo más fuertes y no rompió su relación. La novia nació en San Sebastían y quisó volver a su ciudad para casarse, Dani el novio, sólo pidió una cosa, el quería casarse cerca del mar y se enamoró de la finca Itxas Bide, y no es de extrañar porque sus vistas son un espectáculo. Maorlan se ocupó de captar todos los momentos especiales de la boda y las fotos estamos seguras de que os van a enamorar. Cristina nos cuenta que ella estaba muy unida a su abuela , eran muy parecidas: Yo siempre digo que soy una especie de versión suya unas generaciones más tarde». Su  muerte fue un golpe muy duro para ella, y quiso que estuviera presente en su boda, llevó las enaguas del vestido de novia, también utilizó unos unos encajes antiguos de su vestido para el cinturón y llevó la misma mantilla con la que se casó su abuela. El vestido fue un diseño de Paredero Quirós. Además llevó un colgante antiguo con una foto de su querida abuela, para llevarla muy cerca en su gran día. «Y las flores no iban a ser menos. Mi último homenaje a ella fue incluir en el ramo unas flores que se llaman Antirrhinum majus y que ella las llamaba bocas de dragón. Siempre tenía bocas de dragón en la terraza y siempre nos regalaba tallos con estas flores» ( de las flores y la decoración se ocupó Flowers & Co). La novia eligió el hotel Londres para los preparativos y confió en Noell make up para el maquillaje y  en Aby beauty para la peluquería, su trenza adordanada con «ese algo azul», nos encantó.  Llevó unos zapatos ideales a juego del lazo, hechos a medida de Just Ene Shoes, por cierto, esta firma es una de las más cómodas que conocemos. Cristina llevó unos pendientes de Muniz y el colgante y la sortija eran joyas familiares. La iglesia elegida fue la de San Vicente y contaron con la música en directo de Sottoboce. Posteriormente la celebración tuvo lugar en Itxas bide y fue servido por el catering Bokado.
¡ Cada vez nos gustan más los vestidos de novia con escote rectangular que nos recuerdan a los vestidos mediavales!
¡El ramo era un homenaje a su abuela!
¡Zapatos y lazo a juego!
¡Cristina y los recuerdos de sus abuela!
Los últimos momentos de soltera
Este centro es un verdadero espectáculo
De camino al aperitivo
¡ Detalles gastro!
Las amigas de la novia
¡Esta es la luz de la que os hablábamos!
«Yo soy diseñadora gráfica y me encargué del seating plan y de los meseros. Todo era en azules porque era el color que elegimos para las invitaciones y yo sabía que era el que a Dani le gustaba segurísimo. Era un azul Bilbao, así hacíamos guiño a su tierra. Los nombres de los meseros eran lugares de isla Mauricio a dónde nos íbamos de viaje de novios.»
Cristina y su padre, se pusieron varios tutoriales para tratar de abrir el primer baile con un vals y después de unos cuántos intentos fallidos, el padre de la novia tuvo la idea de abrir el baile con una canción de «los Bravos» que escuchó en la última película de Tarantino Once upon a time in Hollywood.

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