La novia de las alpargatas ibicencas
Queridas,
Hoy publicamos una boda ideal que se celebró en el corazón de Mallorca.
Os enamoraréis de la dulzura de la novia, enfundada en un traje de encaje, de su ramo silvestre y su peinado de trenzas.
Aunque estamos seguras del flechazo que vas a sentir cunado veáis toda la decoración de esta boda tan bonita.
La novia
Laura tuvó un auténtico flechazo con su vestido de novia:
«En cuanto vi Otaduy supe que mi vestido seria de allí. Así que mi mami, mi tia y un buen sequito de amigas compramos vuelos a Barcelona. Me probé muchísimos diseños y me enamore del Simon and Garfunkel, no me probé vestidos de ningún otro diseñador. Imposible encontrar uno mas bonito que ese»
El vestido estaba confeccionado en una encaje muy delicado
Con manga larga y con una espalada con mucha gracia
Para el peinado confío en Juanma que siempre se encarga de ponerle muy guapa y nadie mejor que él para estar tranquila el día de su boda
«tengo mucho pelo y ademas rizado, así que tuvimos que hacer muchas pruebas para asegurarnos de que aguantase el día de la boda. Siempre pensé que llevaría corona de flores, pero por el tipo de vestido pensamos que quedaría demasiado recargado, así que simplemente me puse dos adornos de las mismas flores que el ramo.»
(SOS estilistas)
Para el maquillaje quiso algo muy suave y sin muchas estridencias para no recargar su look:
«muy sencillo y natural, nada de sombras de ojos ni barra de labios o color en las uñas. No porque no me guste, sino porque no encajaba con el estilo. Únicamente quise eyeliner porque así es como me maquillo siempre y sin el me veo rara»
(Steffy )
El ramo tenía un punto alocado y mediterráneo que nos volvió locas
» quería un ramo silvestre, con tonos verdes y algún blanco, pero sin muchas flores. El eucalipto y el romero fueron los protagonistas absolutos del evento»
Aquí podéis ficharlo más de cerca
(Miquel, de Fulles i Flors)
Joyas:
«Únicamente lleve un colgante antiguo de mi familia que me regaló mi tía abuela. «
Los zapatos fueron lo más.
La novia nos cuenta que fue un guiño a su abuela:
«Mi abuela era ibicenca, así que los zapatos fueron «espardenyes eivissenques» como recuerdo a ella. A mitad de la noche me las cambie por unas converse para poder bailar sin parar»